Haciendo Historia


Virgen de los Desamparados es una advocación de la Virgen María, que aparece frecuentemente representada con una azucena en una mano y con el niño Jesús portando la cruz, en sus brazos. La imagen se caracteriza por tener una ligera inclinación hacia delante y por dicho motivo se le conoce cariñosamente por los valencianos como La Geperudeta, o en valenciano por Mare de Déu dels Desamparats.
El 24 de febrero de 1409 el Padre Jofré se dirigía a la Catedral para pronunciar un sermón en plena cuaresma cuando presenció el linchamiento de un enfermo mental en una calle de Valencia, próxima a Santa Catalina. Este hecho le llevo a tomar la decisión de fundar un hospicio para enfermos mentales, la Hermandad se construyo bajo la advocación de “Nostra Dona Sancta del Folls Innocents e Desamparats”.El objetivo de la Hermandad era atender a los locos, no obstante y debido a la hambruna de la época y el gran índice de orfandad debido a la peste negra, en las calles se encontraban numerosos niños desamparados. El hospicio se amplio para recoger a los niños desamparados, expósitos y abandonados.Dos años después nombraron patrona de la Hermandad a la Virgen como madre de los desamparados allí acogidos, renombrando la advocación como de Virgen de los Desamparados.La tradición cuenta que cuando los miembros de la Hermandad todavía no tenían imagen o retrato de la Virgen, solicitaron al Padre Jofré que se la proporcionase. La leyenda cuenta que el Padre hizo gestiones para complacerles, y que al cabo de poco tiempo les entregó una imagen diciendo que la habían esculpido tres peregrinos que habían llegado un día al hospital pidiendo refugio. Conocedores del deseo de la Hermandad de tener una imagen de su patrona y siendo ellos mismos estatuarios y pintores, se ofrecieron a hacer una imagen. Los peregrinos pidieron que se les dejara solos en un sitio denominado La Ermita, hoy La capilla del Capitulet, frente al Antiguo Hospital, y que nadie es molestara, salvo para servirles comida y los materiales que necesitaran. El mismo Padre Jofré realizo este servicio durante tres días, y en la madrugada del cuarto día, inquieto por ver como se desarrollaba el trabajo, dentro en la Ermita, encontrándose con la imagen terminada y los peregrinos habían desaparecido. De ahí la cariñosa tradición de “la feren els Angels”.El historiador Escolano la llama “devotísima imagen de la Virgen, cuya peregrina hermosura y extraordinarios hechos traen aficionadísimos a todos”, jamás pudieron copiarla con perfección los Ribaltas, Orrente, Zariñena y Espinosa, quienes reconocieron en Ella “alguna cosa sobrenatural”.Se dice que la imagen fue elaborada como imagen yacente, y que por eso, al colocarse verticalmente, su cabeza esta inclinada. Pero en realidad, no hay razones suficientes que avalen esta suposición. Es cierto que la imagen solía estar situada en el féretro de algunos difuntos, pero la inclinación de la cabeza esta relacionada con el propio nombre de la Virgen, que ampara y protege a los desamparados, los niños que se recogen bajo su manto. Dado que en ocasiones la Virgen era colocada sobre el ataúd de un fallecido, o era guardada en estado yacente, se elaboraron unos almohadones para sostener su cabeza, pero la imagen de la virgen fue esculpida para ser colocada de manera vertical.